Un día de suerte

Un día de esos vagaba perdido en el Laberinto. Y me encontraste.
Ese día pasó como cualquier otro de los muchos que ya antes habían pasado.
Ese primer día no me percaté que fue eso: el primer día.
Ese primer día no supe que eras tú.
Estuve a punto de pasar de largo. Pero el destino había escrito que ese día nos encontraramos.
Después de casi mil años de vagar, ese día encontré en el Laberinto a La Cascada Que Cae Riendo.
Mucho después supe que eras un ángel.
Y yo, era lo que soy.
Y me amaste siendo lo que era. Y te amé por eso.
Pero ¿cómo amarte?
¿Cómo encadenar tu amor al amor que yo te puedo dar?
Tú eres agua, yo soy fuego.
Y me amaste.
Y te amé.
Y te amaré eternamente.


“Un día de suerte”
(Alejandra Guzmán)

Tengo un pobre corazón
que a veces se rompió, se apagó, pero nunca se rindió.

Entre estrellas de cartón perdi la ilusión:
que llegara un ángel, me levante, y que me pida que lo ame.

Y de pronto un día de suerte
se me hizo conocerte.
Y te cruzaste en mi camino
ahora creo en el destino.

Tenerte por siempre conmigo.

Pero más suerte es quererte tanto,
y que tú sientas lo mismo.

Dicen que este loco amor
no tiene solución.
Que tu mundo en mi mundo no.
Que tu mundo y mi mundo no...